Encierro y exilio en La guarida del Zorzal

La guarida del Zorzal


Barrio Refinería, lugar de marginales y trabajadores. Corre la década del 20 y se armó lio en el quilombo. Los matones lo están buscando a Ulises que corre a refugiarse en los restos de lo que algún día fue un bar. Los amigos, entre ginebras, mates y tangos planearán la manera de salir de la mala.

“Garufa pucha que sos divertido, Garufa vos sos un caso perdido”, le canta Ramón a Ulises mientras baila con Silvestre en momentos que van del realismo al surrealismo. Son tres amigos, como hermanos, que arman trinchera en una tapera donde sueñan, luchan, pero por sobre todo se quieren. El ritmo del 2 x 4 los acompaña en sus historias mientras el Zorzal los pinta de cuerpo y alma en cada una de sus estrofas.

“Ulises es un voyeur que se mete en problemas con el burdel porque va a espiar a una de las prostitutas y en un brote arma todo un conflicto”, comenzó a desglosar la historia Lautaro Lamas quien junto a René del Sol y Leonardo Oliva protagonizan la obra. “Es el más intelectual y prolijo. Es una persona obsesiva de la limpieza y la impecabilidad que no le gusta que lo toquen".

En cambio, Silvestre, es desalineado y burdo. Vicioso y calentón. "Es el dueño de la tapera, que antes fue el bar de su padre que finalmente él mal hereda. Es un campechano, cría gallinas y chanchos, es borracho y timbero. Este que es un personaje bien terrenal que a su vez es un hombre muy generoso".

Y por último está Ramón, vestido de traje con pelo engominado siempre acompañado de un caminado maletín. "Es como el líder de los tres. Es un buscavidas que no se sabe bien lo que hace pero siempre está consiguiendo cosas. Es manipulador, violento, pero a la vez se la juega por sus amigos. Es un personaje urbano, más tanguero”.

A pesar de sus diferencias, ellos apelarán a cualquier artilugios para resguardar a Ulises de las manos de la mafia que lo acecha. El barrio se puso peligroso y sólo queda el exilio o la reclusión en el aguantadoro marginal y sucio.

La guarida del Zorzal
se vale algunos tintes del grotesco y del sainete para desarrollar la historia de estos tres disímiles personajes. La ironía, la paradoja, el  humor y el dramatismo se yuxtaponen en esta obra que sorprende a cada minuto.

“Estuvimos tres años trabajando. Fue dramaturgia desde la creación actoral, desde la improvisación. Iban saliendo personajes, historias y lo íbamos llevando a papel. Arrancamos con un entrenamiento actoral y a los pocos meses se sumó la directora cuando ya teníamos bastante armados los personajes y una nebulosa de la historia. Empezamos a buscar textos y aparecieron libros de Julio Cortazar como Torito, algunos de Arlt pero como agrandadores del universo. Íbamos puliendo y armando con Valeria Rico”.

El tiempo, según el actor, fue asentando la obra que rescata los valores de la amistad que estos tres personajes sostienen en un tiempo de crisis y convulsión social, entre matones y calles empedradas, con el rezongar de un fuelle, en busca de encontrar la libertad antes que llegue el amanecer.
Escrito por Barbara Blati
@barbarablati

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